El agua es recurso
indispensable para la vida en el planeta, incluida la vida humana, por
supuesto, pero no solo para la supervivencia de la especie, sino para el
desarrollo y expansión de su cultura.
LOS NIÑOS DE LA
SEDE MARISCAL ROBLEDO, IE NUEVA GRANADA.
RECREAN HISTORIAS
SOBRE NUESTRO RIÓ LA VIEJA.
Dice la historia
que en la segunda visita del mariscal Jorge Robledo a las tierras de los
quimbayas, en mayo de 1536, uno de sus subalternos, Miguel Muñoz, encontró un
caudaloso río y en sus orillas una tribu regida por una vieja cacica adornada
con brazaletes y collares de oro. Esa vieja cacica hizo desde entonces famoso
ese río del cual tomó su nombre.
Hoy, 461 años
después de su descubrimiento, parece que la suerte del río La Vieja será la
misma que la de la cacica, la muerte porque la contaminación ahoga sus aguas.
El río La Vieja
nace en el Quindío, en donde confluyen las aguas del río de ese mismo nombre
del departamento y el Barragán. Tiene una extensión de 102 kilómetros de los
cuales el 69 por ciento están en tierras del Quindío, el 9,5 por ciento en
Risaralda y el 21 por ciento en el Valle. El caudal es de 140 metros cúbicos
por segundo.
En un recorrido por
la vertiente, en las partes media y baja, EL TIEMPO-Cali Valle constató el
estado crítico de sus aguas. Los problemas comienzan al paso del río por el
Quindío, donde doce de sus municipios, incluida su capital Armenia, depositan
en él la totalidad de sus aguas negras. Es el primer colapso de La Vieja.
Luego la quebrada
Consota pone a la vista una extraña combinación de vida y muerte. Por este
afluente baja el 60 por ciento de las aguas negras que produce Pereira.
En los cuatro
kilómetros siguientes, río abajo, la espesa vegetación especialmente guaduales
y caña brava; la variedad de aves y de cultivos le dan un segundo aire,
alterado solo por la presencia de una que otra draga para la explotación de
materiales de río, piedra y arena.
Sus tranquilas
aguas llegan luego hasta la bocatoma del acueducto de Cartago, ubicada un
kilómetro antes de la zona urbana. Allí potabilizan el agua con un nivel de
oxigenación del 50 por ciento.
Al entrar el río a
la ciudad (margen izquierda) comienza el estado comatoso de La Vieja, producido
por el vertimiento de aguas y químicos producidas por una fábrica papelera
ubicada en la margen derecha del río, en territorio de Risaralda. Aguas de
todos los colores, dependiendo del papel que estén procesando encuentran su
destino final en La Vieja.
En la otra orilla,
en Cartago están los areneros en su trabajo, con cerca de 400 familias que
viven de esa actividad. En barrios como La Arenera, La Platanera y La Playa, el
río recibe descargas de desechos de construcción con los cuales se pretende
improvisar un muro de contención para evitar inundaciones en invierno. Detrás
de esos escombros llegan toneladas de basura que debilitan aún más el trayecto
del río.
A su paso por
Cartago, la ciudad se convierte en su último verdugo. En el colector de la
calle diez, subiendo al parque de La Isleta, los cartageños vierten a La Vieja
el 50 por ciento de las aguas residuales que producen.
Pero la agonía para
el río no termina allí, ya que a sus aguas llega todo lo que proviene del
zanjón Zapatas, que a su vez recibe el resto de las aguas negras de Cartago,
incluidas las que provienen del matadero municipal.
Seis kilómetros más
abajo La Vieja entrega lo poco que le queda de vida al río Cauca.
Pero mientras quede
un poco de vida y esperanza, podríamos volver a repetir el poema del cartageño
Daniel Collazos que dice: Yo soy del mar del río de La Vieja donde el sol hizo
todo el litoral, golondrinas soñaban sus goletas y el bocachico tiburón voraz .
Agua y diversion El
río La Vieja es la única fuente de abastecimiento que tiene el acueducto de
Cartago. Actualmente esta vertiente proporciona 450 litros por segundo, pero en
julio próximo, cuando terminen las obras de ampliación de la bocatoma y de
optimización de la planta de tratamiento número uno, que adelanta Emcartago, la
capacidad subirá a 700 litros por segundo. En este programa se invierten 490
millones de pesos.
Pese al alto nivel
de contaminación con que el río llega a la bocatoma, el sistema de tratamiento
permite descontaminar el 98 por ciento de las aguas.
La Vieja sigue
siendo, pese a su contaminación, el sitio preferido de los bañistas en Cartago.
En sitios como La Herradura, La Isla, La Arenera y aun en Canoas se dan cita
diariamente decenas de bañistas. El río es además navegable para pequeñas
embarcaciones en un 50 por ciento, especialmente en su curso medio y bajo.